AquaMarina
MIS PUNTOS SOBRE LAS ÍES, de Diego Luzuriaga.
Letra y música: Diego Luzuriaga.
Óleo de Clare Doherty-Luzuriaga.
MIS PUNTOS SOBRE LAS ÍES
El ocio es la madre del vicio y del verso que canto aquí,
no soy un árbol caído, pero hagan leña de mí,
de mí, de mí, hagan leña de mí.
Por matar las malas hierbas, de ver las rosas me olvidé.
Mis puntos sobre las íes, ¡ay, para qué, para qué,
para qué, para qué, para qué!
Soy mejor que cien en mano, dijo el pájaro volando.
Ya no hay piedras, ya no hay agua, dijo el río sollozando.
Otorgué cuando callé, pero más cuando negué.
Di biscochuelos al mulo, pero no los quiso ni ver,
ni ver, ni ver, no lo quiso ni ver.
Presumí de lo que tuve y de lo que nunca tendré,
con boca abierta o cerrada, ¡ay, me equivoqué, me equivoqué,
me equivoqué, me equivoqué!
Quién soy yo, no han de saberlo: yo sí digo con quién ando.
En el día, no en la noche, los gatos son todos pardos.
Si me levanto temprano, temprano va a amanecer.
Soy el peor de los ciegos: veo porque no quiero ver,
no quiero ver, porque no quiero ver.
Doy gracias a quien me mide con la vara que yo medí,
y doy gracias al lobo, ¡ay!, porque aulló en mí,
en mí, en mí, aulló dentro de mí.
Yo le miro y miro el diente: no es caballo regalado.
Sea espeso el chocolate y sea fino el enamorado.
Las cinco patas del gato me buscaron, todas, a mí.
Ya no quedan cenizas pero fuego ardió aquí,
aquí, aquí, ardió aquí.
Mándame, marinero, tú serás mi capitán,
los venenos que no te engordan, ay, tampoco te matarán,
capitán, capitán, capitán, ¡ay!
Vine a que me trasquilaran y me dieron más lana.
Le pedí peras al olmo y me dió una manzana,
y me dio el verso que hoy escribo, y el suspiro de una rana.
©Diego Luzuriaga